CÓMO ESTABLECER UNA BUENA ESTRATEGIA DE HIGIENE EN 10 PASOS (1ª parte)
En esta trilogía anual que vivimos, iniciada en el mes de marzo de 2.020 que, a modo de alarma, nos hizo despertar del sueño plácido que sobre la higiene del entorno donde nos desenvolvíamos, ya fuera en nuestro trabajo, en nuestro hogar o en cualquier lugar donde estuviéramos presentes, estábamos convencidos que manteníamos las condiciones sanitarias en un estado suficiente o aceptable, que evitaba que la salud de los nuestros se viera afectada, comenzamos a descubrir una pesadilla llamada COVID que actualmente se mantiene y nos condiciona, provocando una reflexión sobre cuál debe ser nuestra actitud, ante las medidas higiénicas a asumir necesariamente.
Las normas de higiene que se establecían con relación a la higiene personal, en el hogar, en el trabajo, en el proceso industrial, en el contacto comercial, en el proceso alimentario, en los contactos con animales o con objetos recibidos por terceros, fueran a través de transporte o simplemente dispuestos, se han condicionado con protocolos específicos, que han ido evolucionando con distintas interpretaciones, incluso reflejando claras contradicciones a medida que la pandemia ha adoptado sus distintas variantes, estableciendo como medidas de lucha, el lavado frecuente de manos, la desinfección de alimentos y de los envases soportes de estos, protección hidroalcohólica en manos después de cualquier contacto, pasos de desinfección en accesos y mascarillas en sus diversas denominaciones, quirúrgicas, FFP2, FFP3, entre otras.
Si ya en los procesos alimentarios se venía estableciendo un Plan General de Higiene (PGH), como conjunto de programas y actividades preventivas básicas, a desarrollar para la obtención de la seguridad alimentaria, con el objetivo de lograr la inocuidad total de los alimentos, implantando unas prácticas de higiene y condicionando un Plan de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC), del que ya hemos hablado en un artículo anterior, también en la última década se han ido implantando otros planes de higiene para dar alcance a la mayoría de los sectores, donde en un documento, se deben recoger los procesos de limpieza e higienización que requieren cada punto y zona, relativo al desarrollo de la actividad con el fin de proteger la salud de las personas que se vinculan con la misma, ahora, después de lo acontecido, se hace necesario plantear una HIGIENE con mayúsculas.
El concepto de estrategia se dispone para planificar la higiene en el medio, en el camino adecuado para proteger la referida salud de las personas con eficacia. La palabra estrategia viene del griego “estrategia” y es una palabra compuesta de dos términos “estratos” (Ejército) y “agein” (Guía), que se identificaba como la guía para dirigir las operaciones militares, donde se relacionaban las fortalezas propias para vencer las debilidades del enemigo en el arte de la guerra, y que en comparación para este artículo, aunque la estrategia se relaciona más con las acciones comerciales y de posicionamiento a tomar con el fin de alcanzar el éxito, la empleamos para marcar los pasos (Táctica), que nos lleven al objetivo de conseguir con un esfuerzo focalizado, la implantación de los hábitos necesarios, “que hacer” para obtener el nivel de higiene que precisamos en cada situación.
Desde Consultora de Higiene aportamos los 10 pasos necesarios para establecer una estrategia en higiene en cualquier medio a su nivel, sea industrial, comercial, administrativo, formativo, doméstico, etc. Los procesos que a modo de ejemplo se exponen son una referencia sobre los que se deben identificar, desarrollar, valorar el riesgo que puedan producir en su desarrollo, siempre enfocado hacia la salud de las personas y que no se asume directamente, en el seguimiento de la salud que, con carácter de prevención, se establece en la legislación sobre PRL, depositándolos en ese espacio sin fronteras de la lógica, buenos hábitos o aplicación del sentido común, que se supone, pero que no se aplica. Por ello, debemos llevar a cabo un Plan de higiene que indique las acciones a tomar en cada extremo registrado, su periodicidad, muestras de verificación, seguimiento de control, las medidas para tener en cuenta, así como la formación o recepción de información necesaria, para la obtención del resultado que se pretende y que se desarrollan a continuación:
1º.- IDENTIFICAR EL PROCESO FUNCIONAL. Se trata de establecer cuál o cuáles son las actuaciones necesarias en cualquier actividad, que representan una exposición o riesgo de contaminación, tanto de soporte por contacto o ambientalmente que pueda afectar a la salud de las personas y que precisan una atención con medidas de higiene y que a modo de listado se registran, indicando el proceso y su descripción, se enumeran según nivel de atención.
En los ejemplos anteriores, las actividades que se indican son muy apropiadas para establecer una buena estrategia en higiene y son objeto de artículos específicos para establecer Planes Generales de Higiene PGH de la actividad, por eso en este artículo, vamos a disponer los ejemplos, sobre una adecuada estrategia en la actividad doméstica, de la que solo desarrollaremos los dos primeros.
2º.- DESARROLLO DEL PROCESO. Después de haber identificado los distintos procesos de la actividad, se precisa desarrollar cada uno de ellos desde su inicio hasta finalizar el mismo, considerando su recorrido, se relaciona en prioridad por el mismo nivel de atención.
En este caso como hemos indicado, desarrollamos sólo dos de los distintos procesos identificados a nivel doméstico, para que a modo de ejemplo podamos hacernos una idea de este segundo paso, fundamental para la higiene.
3º.- RIESGOS EN LAS ACCIONES DEL PROCESO. En este nuevo paso, tras haber identificado y desarrollado los procesos que se pueden evidenciar en la actividad dentro de la vivienda, a nivel funcional que es como nos desenvolvemos en los hábitos y tareas diarias, y por habernos centrado en estos ejemplos para reflejar el tercer paso de los diez que exponemos, significando que éste, es el más importante, al tener que establecer los riesgos a los que nos exponemos, y que de forma general, se deben también considerar para otros procesos, pues la mayoría de ellos suelen repetirse.
4º.- ACCIONES Y PERIODICIDAD PARA PREVENIR EL RIESGO. Este nuevo paso, tras haber identificado todos los procesos que se pueden evidenciar, en la funcionalidad de actividad dentro de la vivienda, al habernos centrado en este ejemplo en el desarrollo de estos diez pasos, este, es el más importante de todos al tener que establecer los riesgos a los que nos exponemos, y las acciones que se requieren tomar para la prevención y neutralización del riesgo, que de forma general, se deben tener en cuenta para otros procesos, pues la mayoría de ellos suelen repetirse.
Y hasta aquí los cuatro primeros pasos...¿Quieres saber más? Te lo contamos en la segunda parte de "Cómo establecer una estrategia de higiene en 10 pasos"
Nota. - No se han incluido en los procesos la presencia de mascotas que puedan interactuar en la vivienda, no solo internamente, sino también con contacto en el exterior como pueden ser los perros que sin duda representan una exposición a riesgos como portadores potenciales de gérmenes y por tanto trasmisores de vectores que pueden afectar a través de enfermedades, a la salud de los convivientes de la vivienda y que se desarrollará en otro artículo dedicado a ello.
CONSULTORA DE HIGIENE. Norma de garantía QUALITY HYGIENE. Implantación de las Normas de Higiene, IFS, BRC, ISO 22000:2018 – CSA Seguridad Alimentaria.
José Manuel López Parodi.
Director Técnico del GRUPO DIHEX.