EL CONTACTO ESTRECHO
Desde que comenzó 2020, nuevos conceptos han pasado a formar parte de nuestro vocabulario en nuestras conversaciones diarias, incluido en las videollamadas: pandemia, coronavirus, fómites, curva de contagios, test PCR, etc. Pues bien, recientemente hemos añadido algunos conceptos más, entre los que se encuentran los Rastreadores, que son profesionales que se dedican a buscar a los Contactos Estrechos de aquellas personas que han dado positivo en las pruebas de detección de COVID-19, con el fin de realizarles igualmente las pruebas y con ello detectar nuevos positivos a los que poder tratar, poner en cuarentena o cualquier otra actuación que las Autoridades Sanitarias estimen necesario, con el fin de contener la expansión de la enfermedad.
¿Y qué es un contacto estrecho? Pues es la persona que haya permanecido a menos de 1,5 metros de distancia, sin mascarilla y durante más de 15 minutos con alguien contagiado de COVID-19. Por ello, los convivientes de una persona contagiada pasan a ser los primeros de la lista para hacerse las pruebas y descartar positivos en la enfermedad, pero también hay que buscar personas que no convivan pero que cumplan estas condiciones, y para ello, es esencial tanto la colaboración de la persona afectada como de las personas que hayan estado en contacto estrecho con ella desde aproximadamente 48 horas antes de presentar síntomas. En este punto es esencial dicha colaboración, ya que de este modo, se puede frenar una cadena de contagios que puede derivar en brotes y con ello los temidos aislamientos, que si lo pensamos bien, pueden ser el menor de los males, ya que en el peor de los casos, nos podemos enfrentar a largas estancias en el hospital o finales dramáticos.
Muchas personas, por temor a ser repudiados por la sociedad o sufrir la pérdida del empleo, ocultan información sobre haber mantenido contacto estrecho con personas afectadas, pero es un error, tenemos la responsabilidad social de informar a los rastreadores y de respetar sus indicaciones, todo en aras de salir cuanto antes de esta crisis sanitaria y poder volver a nuestra vida de antes, sin limitaciones, pero con todas las garantías de salud.
Otras de las actuaciones necesarias para frenar los contagios son las medidas tomadas por los establecimientos abiertos al público, los cuales deberán velar por la implantación de medidas de higiene preventivas, como es la dotación de gel desinfectante de manos, uso de mascarillas, cálculo de aforos y establecimiento de distancia de seguridad en cuanto a los puntos de atención al cliente o usuario, ya sea una mesa en un bar o restaurante, un mostrador en una tienda o un pupitre en un aula de formación, sumado a unos protocolos de higiene, limpieza y desinfección que garanticen entornos seguros a todas las personas que accedan a ellos.
Desde CONSULTORA DE HIGIENE trabajamos en la implantación de entornos seguros en todo tipo de establecimientos, con la elaboración de planes de higiene preventivos, protocolos de limpieza y desinfección y formación a los trabajadores, con el fin de que entre todos podamos volver no a una nueva normalidad, sino a la normalidad que todos conocíamos, pero más reforzada y segura para la salud.